Las luces, caóticas corriendo por las vigas
vuelven a su punto de fuga
para explotar nuevamente, silenciosas y ágiles

Estoy perdido de nuevo en las corrientes del mar
un presente que corre con ellas

Las miro migrar de un lado a otro, fascinado

La realidad se encrispa tras un velo.

Intimidado y estúpido

El momento que pasó es el momento de mi derrota, pues lo miro desde lejos.

El peso de pensamientos oscuros.

La asfixia de pensamientos-huída.

Ya los conozco,
están siempre esperando por mí.

Me abrazan sin permiso
y necesito tanto un abrazo.

Mi debilidad es en sí misma símbolo de muerte.
Ideas circulares que vagan por allí,
por mi espalda.

Idea de mí que está muriendo.
Dolor, relámpago, y viento.

Te dejo ir, pero quieres llevarme contigo.
Me quiero ir, dejar de resistir.
Dejar de resistir.
Dejar
de
resistir.

Entonces es el momento de partir.
No me sigas.
Déjame viajar por la noche con mis sombras lunares.
Déjame flotar por la luna con mis derrotas nocturnas.
Déjame deslizarme hacia una hoja vacía,
y llenarla de carga para vaciarme de lágrimas.

Carga de mí, de ver a la gente,
de verme reflejado en sus ojos,
de estar enfermo de vivir,
de ver lo ojos y fascinarme.

Y mientras consumir el tiempo en un patíbulo de aeropuerto
en un asiento incómodo
vasija que mis manos han hecho
vasija que estoy cansado de quebrar
porque ha muerto, sorpresa
algo que no puedo explicar
pero que lo es todo
todo

No te acerques a mí
tengo tiña,
estoy tan incierto.

No.

Vive, tú vive. Hoy no pertenezco.

Pensamientos suicidas de un sábado a media noche
son mis amigos
mis huídas
mir razones.

Llego tarde y camino en círculos
en reversa.

De qué sirve mi existencia.

Pensamientos suicidas:
no soy engranaje, soy aire que oxida tus piezas
no soy engranaje, soy aire que oxida tus piezas
soy aire
que oxida
tus piezas.

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